Aguas que fluyen con la fuerza del tiempo, acaso perfuman el aire con su canto, y entre la maleza, la vida se abre paso, es un milagro, una danza continua.

Las hojas susurran secretos de la tierra, y el amanecer trae promesas nuevas, camino entre lo efímero y lo eterno, y soy parte de este ciclo divino.

  • José de Espronceda